1 A pesar de la sorpresa y el desconcierto inicial, Francisco no estaba
2 dispuesto a dejarse intimidar por esto. Era un profesional que había
3 tenido que tratar con diferentes tipos de locos y como tal estaba
4 dispuesto a recobrar el control de la situación.
6 Sin embargo, es bien sabido que discutir con un loco es algo bastante
7 absurdo, por lo tanto Francisco cogió la silla que quedaba libre, la
8 colocó frente a la otra y se sentó. Francisco era un hombre ordenado,
9 y como tal, se sintió algo molesto con el cambio de posiciones. Pero
10 tampoco es que fuera una persona insistente, se consideraba adaptable
11 a los cambios y pensó que lo mejor sería seguirle el juego.
13 - Bueno, ya estamos un poco más cómodos -dijo Francisco un poco
14 molesto-. Soy el doctor Francisco Gutiérrez y me encargo de tu
15 evaluación. Hay algo raro en tu ficha -continuó hablando mientras
16 abría la carpeta y señalaba los folios con el dedo-, por lo visto no
17 te han podido identificar. ¿Cuál es tu nombre?
19 Era una pregunta directa, era de suponer que le habrían hecho esa
20 pregunta unas cuantas veces desde su detención, pero quién sabe, en
21 ocasiones ocurre que simplemente nadie hace la pregunta adecuada.
23 - Encantado de conocerte Francisco -contestó haciendo un gesto
24 exagerado con la mano-, no es una pregunta muy original, me lo
25 preguntan mucho últimamente. Sin embargo a ti te voy a contestar,
26 porque tenemos mucho de qué hablar y me gustaría empezar con buen
29 Orgulloso de su habilidad y destreza, Francisco se irguió un poco y
30 una leve sonrisa empezó a aparecer en su cara.
32 - Realmente no tengo nombre -continuó el extraño hombre-, no me
33 malinterpretes, hace mucho tiempo tuve uno, o creí tenerlo. Pero lo
34 perdí, entre muchas otras cosas perdí mi nombre.
36 La sonrisa en la cara de Francisco fue efímera y de repente su rostro
37 volvió a mostrar sorpresa. Este hombre no iba a ser nada fácil, así
38 que lo tendría en cuenta para no cantar victoria antes de tiempo.
40 - Suponiendo que algo como un nombre se puede perder -empezó a decir
41 Francisco-, aunque no tengas nombre, necesito una forma de llamarte,
42 de identificarte, tengo que poner algo aquí en la carpeta, ¿Cómo
43 quieres que me refiera a ti?
44 - Sí, esa pregunta me gusta más. Puedes llamarme Parado.
45 - Vaya -dijo Francisco algo sorprendido-, Parado no es un nombre
47 - Sin embargo -contestó Parado- es muy utilizado últimamente para
48 referirse a muchas personas.
50 El interés de Francisco por el extraño personaje que se hacía llamar
51 Parado comenzaba a crecer, no parecía un loco cualquiera, contestaba
52 normalmente a las preguntas y dialogaba como una persona cabal,
53 obviando el tema del nombre, Francisco empezaba a pensar que quizás
54 este hombre estuviera más cuerdo de lo que había esperado en un
57 El silencio se paseó por la sala mientras Francisco asimilaba la
58 información que había conseguido de aquel hombre, no era un silencio
59 incómodo, porque Francisco no era consciente del mismo y porque la
60 otra persona en la sala era un loco.
62 Mientras el silencio se hacía cada vez más grande y antes de que
63 empezara a molestar, Francisco se decidió finalmente. Intentaría ser
64 lo más directo posible.
66 - ¿Quién eres? La policía no ha conseguido identificarte y hoy en día
67 es algo muy extraño que una persona no esté identificada.
68 - Soy yo, antes no me conocías, y ahora sabes que existo. Es verdad
69 que no han podido identificarme. Mi identidad se perdió con mi
70 nombre hace ya mucho tiempo. Ser un número más está bien, pero llegó
71 un momento en mi vida en el que dejé de ser un número y pasé a ser
74 Esta respuesta no era una sorpresa para Francisco, tenía toda la pinta
75 de una respuesta típica de un loco, alguien que vive en su mundo
76 paralelo y que no tiene los pies en la tierra. Sin embargo estas
77 palabras tenían algo de verdad y Francisco sabía leer entre líneas.
78 Hizo algunos apuntes en la ficha para no olvidar lo que se le había
81 - Vale -comenzó a decir Francisco-, parece que con respecto a tu
82 nombre real y tu identidad no vamos a avanzar mucho. De momento lo
83 dejaremos aparcado. Quizás quieras hablar un poco de cómo has
84 llegado hasta aquí, ¿Sabes por qué estás aquí?
85 - Estoy aquí para hablar contigo.
86 - Sí claro -contestó Francisco mientras se apretaba el comienzo de la
87 nariz cerrando los ojos-, estás aquí para hablar conmigo y yo estoy
88 aquí para hablar contigo, pero no me refería a eso. Quiero decir que
89 si sabes por qué te han detenido y por qué te han traído a este
92 Parado se inclinó hacia delante, y adoptó una postura pensativa
93 tocándose suavemente la barba.
95 - Claro, me han detenido y como no tengo un número identificativo
96 creen que estoy loco. Y quizás lo esté, según la definición de loco
97 que manejemos. Parece que últimamente se utiliza la palabra loco muy
98 alegremente. Cualquier persona que piense que un mundo diferente es
99 posible es un loco. Quizás debería empezar a utilizar ese nombre...
100 "Loco", suena bien, aunque pensándolo bien "Parado" tiene mucho más
101 significado para mí, así que puedes seguir llamándome Parado.
103 Un recuerdo sobre clases de filosofía insufribles pasó de puntillas
104 por la memoria de Francisco. Esta reflexión sobre la locura despertó
105 recuerdos de juventud en el doctor, sin embargo, y como profesional
106 del tema, sabía que no debía dejarse embaucar por la dialéctica y el
107 juego de palabras. Un loco es un loco.
109 - Bueno, no vas del todo desencaminado. No sé si lo sabrás, pero en
110 este país es ilegal ir indocumentado por ahí. Es ilegal no tener
111 un documento identificativo y si un policía te lo pide y no lo
112 tienes, pueden detenerte. Con respecto al tema de la locura, para
113 eso estoy yo aquí. Es verdad que estás aquí porque hay quién cree
114 que estás loco, pero al final seré yo quién diga si lo estás o no,
115 y ese es el objetivo de esta charla.
116 - Ese es tú objetivo -contestó Parado secamente-, yo he venido aquí
117 con otra idea en mente y espero que hablando podamos cada cual
118 buscar nuestro objetivo.
119 - Realmente no has venido aquí -comenzó a decir Francisco-, te han
120 traído, estás privado de libertad y obligado a venir a hablar
122 - Que no tenga la opción de no venir aquí no implica que haya venido
123 en contra de mi voluntad. Quiero estar aquí y quiero hablar contigo,
124 por eso no hay nada incorrecto al decir que yo he venido aquí.
126 El recuerdo de las clases de filosofía ya dejó de andar de puntillas y
127 comenzó a dar fuertes pasos que retumbaron en la mente de Francisco
128 haciendo más daño del esperado, nunca le había gustado la filosofía.
129 Sin embargo, este hombre parecía saber más de lo normal.
131 - ¿Y con qué objetivo has venido aquí? -preguntó Francisco- Si has
132 venido por voluntad propia para hablar conmigo.
133 - Aunque hace ya algún tiempo perdí muchas cosas -comenzó a decir
134 Parado-, esa perdida me trajo algo que hasta entonces no había
135 tenido y creo que es algo que te puede interesar.
136 - ¿Crees que tienes algo que me pueda interesar? -preguntó Francisco
137 algo sorprendido- ¿Estás intentando sobornarme para que te declare
139 - No, simplemente tengo algo que quiero regalarte, como quieras
140 declararme carece de importancia. He venido hasta aquí para darte
141 algo y si no me equivoco te gustará.
143 La charla había pasado de ser algo un poco extraño a ser algo
144 totalmente inesperado y sorprendente para Francisco. No sabía cómo
145 enfrentarse a esta situación. Sin embargo, Francisco era un hombre con
146 recursos, y también con curiosidad, en realidad tenía más curiosidad
147 que recursos, pero como era un hombre ordenado la curiosidad andaba
148 algo escondida en un bonito cajón de su mente.
150 Sin embargo, el extraño hombre que tenía enfrente parecía tener la
151 capacidad de desordenar todo a su paso y había tocado ese bonito cajón
152 donde Francisco guardaba su curiosidad, y como llevaba ahí tanto
153 tiempo no pudo retenerla y de repente una gran curiosidad inundó a
154 Francisco que no quería otra cosa más que saber de qué narices hablaba
157 - ¿Y qué es eso que tienes para mi?
158 - Tengo una historia -contestó Parado solemnemente mientras levantaba
159 un dedo hacia arriba y subía las cejas arrugando la frente más de lo
160 que cabría esperar en una cara normal. Sus ojos se vieron grandes y
161 profundos en esa extraña cara. Ahora sí que tenía toda la pinta de
164 Podría parecer una tontería, una banalidad, algo por lo que nadie
165 hubiera dado nada. Pero una historia es lo más valioso que puede tener
166 un hombre y Francisco no tenía ninguna. Desde pequeño Francisco había
167 leído cuentos y novelas. Había devorado libros y desde muy temprana
168 edad siempre había querido escribir algo, contar una historia al
169 mundo, pero sin embargo nunca había encontrado una historia que
170 contar, era lo que siempre había deseado tener y ahora tenía un hombre
171 con el pelo largo y gris, barba y seguramente piojos, que decía haber
172 ido hasta allí para regalarle su historia.
174 Francisco se sorprendió más de lo que nunca se había sorprendido.
175 Estaba realmente ilusionado y tenía una gran curiosidad por conocer la
176 historia de este hombre, pero sin embargo este hombre era un loco y
177 parecía conocer lo más profundo de su ser. Este hecho perturbó un poco
178 a Francisco y le hizo dudar, quizás había sido casualidad, no podía
179 ser posible que este hombre, al que nunca había visto ni remotamente
180 supiera algo sobre sus ganas de escribir o sobre su búsqueda de una
183 - ¿Una historia? ¿No es algo raro para regalar a alguien?
184 - Sé que es algo que llevas buscando mucho tiempo.
186 Definitivamente no podía ser una coincidencia, tenía un hombre delante
187 que decía que había ido hasta allí para regalarle una historia,
188 aquello que llevaba toda su vida buscando sin éxito. Podría ser verdad
189 o no, podría ser la historia que andaba buscando o no, pero el simple
190 hecho de estar tan cerca de algo que había buscado durante tanto
191 tiempo le hizo sonreír y de repente se sintió más feliz de lo que se