From: Daniel Garcia Moreno Date: Sat, 5 May 2012 09:46:53 +0000 (+0200) Subject: Comienzo del primer capítulo X-Git-Url: http://git.danigm.net/?p=parado.git;a=commitdiff_plain;h=4a1017be81d910933ba8310a407f8ba89cde45c9;hp=3ae7682ee62b6683dca51fa308dc77cc07acb38a Comienzo del primer capítulo --- diff --git a/PERSONAJES b/PERSONAJES new file mode 100644 index 0000000..f9cc657 --- /dev/null +++ b/PERSONAJES @@ -0,0 +1,12 @@ +Francisco: +---------- + +Un joven médico (psiquiatra), recién licenciado y con poca +experiencia. De familia adinerada, sigue los pasos de su padre, un +famoso médico que le busca su primer trabajo como funcionario +encargado de evaluar a presos poco peligrosos. + +Vive una vida monótona y aburrida, siempre ha hecho lo que se supone +que tiene que hacer, siendo una persona respetable, aunque en su +interior siempre ha querido ser escritor y en secreto sueña con +escribir novelas de aventuras. diff --git a/src/01.un-dia-cualquiera.txt b/src/01.un-dia-cualquiera.txt new file mode 100644 index 0000000..86f7673 --- /dev/null +++ b/src/01.un-dia-cualquiera.txt @@ -0,0 +1,125 @@ +El reloj marcaba las 6:44, era un reloj digital y los números se veían +claramente en la oscuridad de la habitación con un rojo intenso. A +Francisco siempre le habían gustado los relojes de aguja, analógicos, +pero con los digitales no había confusión alguna y esa era una de las +cualidades que buscaba en un reloj despertador si quería mantener la +costumbre de nunca llegar tarde. + +Como muchas cosas en esta vida, el paso del tiempo es inevitable, el +reloj lo sabía, como todo reloj que se precie, y por tanto, pasado un +minuto, los números cambiaron y marcó las 6:45. En ese preciso +instante, el reloj despertador fue a hacer gala de la valiosa función +que desvela su segundo nombre y comenzó a sonar un leve pitido. + +Una vez más, Francisco fue casi más rápido que el reloj y lo paró +antes de que el pitido pudiera llegar más allá de sus oídos. Estaba +sentado en la cama. Como cada día, se había levantado justo antes de +que sonara el despertador. Conocía sus ciclos de sueño y su cuerpo se +había acostumbrado al horario, si no fuera un hombre prudente se +podría aventurar a no poner la alarma o incluso si fuera un temerario +podría lanzar el maldito aparato por la ventana. Pero por suerte para +el reloj, Francisco no era de ese tipo de personas. + +No hacía falta encender la luz. La ropa para el largo día ya estaba +preparada sobre el escritorio, su camisa perfectamente planchada, su +corbata a juego, sus pantalones, y sus zapatos, tan limpios como +siempre esperaban en el suelo junto a la silla. + +Francisco era un hombre ordenado, sus padres le habían inculcado el +orden desde que era pequeño. Cuando eres ordenado puedes moverte por +la habitación a oscuras y sabes que la silla estará a tu derecha, por +lo tanto siempre puedes evitar el desagradable golpe en el dedo +meñique que Francisco se llevó al dar el paso y descubrir que la silla +se había movido. Maldiciendo y medio cojeando todo el orden se +desmonta entre el intenso dolor y Francisco se mueve como puede hacia +la pared donde tanteando busca la luz. + +La luz inundó la habitación y cegó levemente a Francisco que se +recuperaba rápidamente de su accidente y comenzaba a preguntarse por +qué hoy no era un día como los demás. + +La mayoría de la gente tomaría este incidente como algo importante, +algo premonitorio, una señal, "te has levantado con el pie izquierdo", +"has empezado el día con mal pie", supersticiones totalmente +comprensibles para mentes no científicas, pero Francisco era médico y +aunque su legado social y cultural le incitaba a pensar que era mala +suerte, él sabía que no, que a veces lees hasta tarde y te olvidas de +colocar la silla en su lugar. + +Con la luz encendida y después de haberse calmado un poco, Francisco +comenzó a quitarse el pijama y lo soltó sobre la percha, el incidente +de la silla le había retrasado más de lo esperado y no había tiempo +para colocarlo adecuadamente. Comenzó a ponerse los calcetines, como +cada día, primero el derecho, luego el izquierdo y cuando estaba +tirando del calcetín hacia arriba descubrió un agujero. + +- Vaya, parece que hoy no va a ser un día cualquiera -dijo Francisco +resignado. Siguió con el calcetín roto, de todas formas el zapato +taparía el agujero, y aunque le molestase un poco llevar el dedo gordo +fuera durante todo el día, qué diablos, tampoco tenía que ser todo +perfecto. + +Continuó vistiéndose, se anudó la corbata al cuello, se puso los +zapatos, cogió su maletín ya preparado y se dirigió al baño. Allí se +puso frente al urinario y como cada mañana comenzó a preguntarse por +qué razón siempre se vestía antes de entrar al baño, no tenía sentido +y además era algo peligroso, aunque con el tiempo ya había depurado la +técnica y casi nunca se meaba encima de sus zapatos. Se lavó la cara +y se peinó con tanta precisión que las líneas que marcaban su cabello +parecían dibujadas por un arquitecto. + +A pesar de lo mal que parecía haber empezado el día, y de todo lo que +podría salir mal en el baño, no pasó nada inesperado ahí dentro y +Francisco salió inmaculado y listo para un día de trabajo. Pero antes +de salir tenía que tomar el café. + +El reloj de la cocina marcaba las 6:58, Francisco sabía que su +cafetera no tardaría más de dos minutos en prepararle un exquisito +café. En realidad Francisco no tenía prisa. Un hombre ordenado nunca +tiene prisa porque siempre sale con tiempo y siempre tiene en cuenta +los posibles inconvenientes. Francisco sabía que tardaría en llegar a +trabajar una hora, así que tenía media hora para leer las noticias +mientras se tomaba el café. Tenía que estar en su despacho a las 9:00 +de la mañana, pero le gustaba llegar con media hora de margen para no +perder el valioso tiempo de trabajo preparándose o leyendo el correo. + +Como cada día, la taza de café humeante junto a la pantalla del +ordenador reflejaba las noticias del día anterior mientras Francisco +maldecía en un susurro al ver que su equipo de fútbol nuevamente había +perdido. Las noticias, como cada día, eran malas, alguien había +muerto, habían matado a otra persona, había una guerra por algún país +que Francisco no era capaz de situar en un mapa, el paro subía, en +fin, las mismas noticias que ayer y seguramente que mañana. Para +Francisco esas noticias ya eran invisibles, había visto tantas muertes +en los periódicos que una más no le importaba lo más mínimo. + +Un día más la puerta del garaje se abrió cuando el reloj marcaba las +7:30 en punto. Un coche negro con aires de coche deportivo salió con +las luces encendidas. Aún era de noche e incluso caía algo de lluvia, +un invierno lluvioso este año había impedido a Francisco abrir la +capota de su caro coche. De todas formas, siempre que conducía era de +noche, así que la lluvia tampoco le molestaba demasiado. + +Un atasco en la carretera, como cada día, a pesar de vivir +relativamente cerca de la prisión, Francisco tenía que pasar por +quince minutos de tráfico lento. Pero como Francisco era un hombre +ordenado y conocía ese hecho, no le importaba, pasaba el rato de +camino al trabajo escuchando en la radio cuál sería la siguiente +medida del gobierno para crear empleo y cómo estaban los mercados. + +Francisco llegó a la prisión un poco más tarde de lo esperado, pero +aún así le sobraban veinte minutos. Ya llevaba un mes trabajando como +psiquiatra en una nueva prisión abierta hace poco. Se encargaba de +evaluar a personas conflictivas socialmente para intentar +reinsertarlas en la sociedad como personas productivas. Los presos de +esta prisión no eran violentos, pero sí molestos. + +El último caso que trató Francisco fue un alcohólico que perdió su +trabajo por no ir un lunes después de una fiesta por una resaca y que +después de perder todo lo que tenía para intentar pagar la hipoteca +intentó suicidarse en público y echar la culpa de su desgracia al +banco. Francisco estaba muy contento con este hombre, porque en muy +poco tiempo habían conseguido que volviera a trabajar, como camarero +a tiempo parcial, y así poder volver a pagar la hipoteca, aunque su +casa ya pertenezca al banco. Él seguirá durmiendo en la prisión hasta +que esté totalmente rehabilitado. Un caso de éxito.