From 08dd63e1e3d81bbcc8b98a2de4bfbdb1cfde23fe Mon Sep 17 00:00:00 2001 From: Daniel Garcia Moreno Date: Tue, 8 May 2012 00:39:48 +0200 Subject: [PATCH] =?utf8?q?Acabado=20primer=20cap=C3=ADtulo?= MIME-Version: 1.0 Content-Type: text/plain; charset=utf8 Content-Transfer-Encoding: 8bit --- src/01.un-dia-cualquiera.txt | 111 +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++---- 1 file changed, 102 insertions(+), 9 deletions(-) diff --git a/src/01.un-dia-cualquiera.txt b/src/01.un-dia-cualquiera.txt index 86f7673..6ec3918 100644 --- a/src/01.un-dia-cualquiera.txt +++ b/src/01.un-dia-cualquiera.txt @@ -114,12 +114,105 @@ evaluar a personas conflictivas socialmente para intentar reinsertarlas en la sociedad como personas productivas. Los presos de esta prisión no eran violentos, pero sí molestos. -El último caso que trató Francisco fue un alcohólico que perdió su -trabajo por no ir un lunes después de una fiesta por una resaca y que -después de perder todo lo que tenía para intentar pagar la hipoteca -intentó suicidarse en público y echar la culpa de su desgracia al -banco. Francisco estaba muy contento con este hombre, porque en muy -poco tiempo habían conseguido que volviera a trabajar, como camarero -a tiempo parcial, y así poder volver a pagar la hipoteca, aunque su -casa ya pertenezca al banco. Él seguirá durmiendo en la prisión hasta -que esté totalmente rehabilitado. Un caso de éxito. +El último caso que trató Francisco fue el de un alcohólico que perdió +su trabajo por no ir un lunes después de una fiesta por una resaca y +que después de perder todo lo que tenía, para intentar pagar la +hipoteca, intentó suicidarse en público y echar la culpa de su +desgracia al banco. Francisco estaba muy contento con este hombre, +porque en muy poco tiempo habían conseguido que volviera a trabajar, +como camarero a tiempo parcial, y así poder volver a pagar la +hipoteca, aunque su casa ya pertenezca al banco. Él seguirá durmiendo +en la prisión hasta que esté totalmente rehabilitado. Un caso de +éxito. + +Como cada día, Francisco encendió su ordenador y comenzó a mirar su +agenda. Al principio no le había echo mucha gracia el tener que +trabajar en una prisión, pero era un buen trabajo, bien pagado y +además su padre había tenido que mover algunos hilos para conseguirlo, +no podía pedir más. Después de un mes ya se estaba acostumbrando y +empezaba a ver el lado bueno, se sentía orgulloso de hacer algo +importante para las personas. + +En la agenda del día había algo diferente, otra cosa más, al fin y al +cabo, este no parecía ser un día cualquiera. A primera hora de la +mañana tenía la evaluación de un nuevo preso, algo que no era extraño, +sin embargo el preso constaba como no identificado, algo extraño en +los tiempos que corren. + +Según el perfil que había recibido se trataba de un hombre, que se +había negado a dar ningún nombre o a identificarse, por alguna razón +las huellas dactilares no eran reconocibles por la policía. Le habían +detenido durante la última manifestación y después de pasar algún +tiempo en prisión lo habían destinado a esta prisión y habían +requerido una evaluación psiquiátrica, puesto que insistía en no +identificarse y no parecía estar del todo cuerdo. + +Llamaron a la puerta del despacho y se abrió un poco. La cabeza de una +joven asomó por la puerta, era Lucía, su secretaria. Al igual que +Francisco, Lucía llevaba trabajando en la prisión un mes. Al haber +empezado al mismo tiempo a trabajar allí, y dada su estrecha relación +laboral, desde un primer momento Francisco y Lucía se habían hecho +buenos amigos. + +- Buenos días Francisco -comenzó a decir la joven-, el primer paciente + de hoy ya está listo. +- Buenos días Lucía -contestó Francisco con una gran sonrisa-. De + acuerdo, ahora mismo voy para allá. + +Lucía le dedicó su mejor sonrisa y desapareció tras la puerta +cerrándola. Francisco imprimió el perfil del extraño paciente, lo +metió en una carpeta de catón y justo cuando iba a escribir el nombre +del paciente sobre la carpeta se detuvo un momento. Este paciente no +tenía nombre, bueno, al menos él no lo conocía todavía. Francisco era +un hombre ordenado y como tal tenía una carpeta por paciente ordenadas +por fecha y nombre. Esto le descolocó un poco, pero además de +ordenado, Francisco era un hombre imaginativo y con recursos, así que +no se preocupó demasiado por el problema que se le planteaba y +decidido comenzó a escribir la carpeta: "Anónimo". + +Cogió la carpeta y se dirigió al perchero. Allí tenía su bata blanca, +cualquier médico que se precie viste una bata blanca, y Francisco no +podía ser menos. Rápidamente y con un movimiento elegante se puso su +bata y salió por la puerta. + +La sala de tratamiento estaba cerca de su despacho, tan sólo tenía que +salir al pasillo y andar unos diez metros. Los pasillos de aquel +edificio de la prisión eran totalmente blancos, con iluminación blanca +y con suelo blanco y siempre reluciente. Las habitaciones eran tan +blancas como los pasillos, sin embargo, en casi todas las habitaciones +había grandes ventanales por lo que la iluminación natural casi +siempre iluminaba las habitaciones. + +La sala de tratamiento era una habitación como las demás, aunque el +mobiliario era más reducido que de costumbre. Tan sólo había dos +sillas, aparentemente cómodas, también de color blanco, una enfrente +de otra. Un hombre esperaba sentado, en una de las cómodas sillas +mirando al techo aparentemente interesado en algún punto extraño del +mismo cuando de repente la puerta se abrió y entró Francisco con su +impecable bata blanca que lo identificaba como médico. + +Francisco se paró un segundo al entrar en la sala y ver al paciente +allí sentado. Desde que había entrado a trabajar en la prisión se +había acostumbrado a ver a todo tipo de personas, pero aquel hombre en +particular le sorprendió. Era un hombre con pelo largo y descuidado, y +una larga barba, también descuidada. Tenía el pelo de un color entre +negro y gris por la presencia de algunas canas. El hombre estaba +bastante delgado. Si Francisco hubiera pertenecido a algún grupo +religioso que venerara a un supuesto semidiós con pelo largo y barba, +quizás se hubiera sorprendido al ver a este hombre con el amanecer a +su espalda. Sin embargo, Francisco era un científico, y como tal no +pensó en eso. + +- Buenos días -empezó a decir Francisco mientras se acercaba al + hombre-, está usted sentado en mi sitio. Si no le importa, siéntese + usted en la otra silla. + +El hombre se levantó tranquilamente, se dirigió a la otra silla, la +cogió y tranquilamente y con algo de trabajo la puso a la derecha de +la primera silla y se sentó. Al ver la cara de asombro del doctor el +hombre se decidió a hablar: + +- No me gusta que el sol me de en la cara, prefiero que me caliente la + espalda. + +Definitivamente este no iba a ser un día cualquiera. -- 2.1.4